La pasión de Javier & el mito del poeta

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Existen diversas formas de expresar las creencias, los temores, los sufrimientos, las esperanzas y las pulsiones humanas. En ese terreno ha trabajado el cineasta, en el de la transformación de las vivencias y experiencias individuales en fenómenos colectivos. Y nos ha entregado esta película bien documentada y a la vez inspirada. No presenta al poeta como un activista político sino como alguien que “de casualidad” -en realidad por las relaciones químicas de la amistad- se ha visto envuelto en el torbellino político de los años 60. (...). El cineasta tiene la lucidez suficiente para esclarecer la personalidad del poeta y dejar sin argumentos a quienes sostuvieron que la ingenuidad y el idealismo del activismo político radical fue el elemento capital que acabó de manera prematura e innecesaria con la vida del poeta.

La pasión de Javier & el mito del poeta

Por: Jorge Nájar.

París, diciembre de 2022

 

 javier heraud el rio1

                                                                                                                                               (Foto: Tom Quiroz)

 

     La película La Pasión de Javier de Eduardo Guillot Meave se coloca por ahora como el hito más importante en la ruta del mito del poeta Javier Heraud. Y esto es así porque consigue compendiar todo lo que se sabía de él y marcar con toda lucidez el punto clave que dio inicio y acompañó su evolución rumbo a la tragedia. ¿Cómo nació este mito? Cuando yo llegué a Lima, en enero de 1964, ya existían casi todos los componentes. El poeta adolescente había publicado su primer poemario, ya había sido merecedor de uno de los pabellones más atractivos entre los poetas de mi generación: el Premio Poeta Joven del Perú. Javier Heraud ya se había ido de Lima a visitar la Plaza Roja, Samarcanda, las tierras del Cid, Berlín y el Barrio Latino de París. Ya se había embarcado rumbo a La Habana para estudiar cinematografía y ya se había enrolado en la lucha armada en cuyas entrañas lo envolvió la tragedia. Casi inmediatamente comenzaron a salir los documentos sobre la vida y obra del poeta. Ese material le permitió al cineasta Javier Corcuera realizar y estrenar el documental El viaje de Javier Heraud (2019). Se trataba de la vida del poeta contada a través de los ojos de su sobrina nieta, Tania, que decidió abrirel baúl de los recuerdos y reconstruir la historia del poeta mediante cartas, poemas y episodios de su vida desconocidos hasta entonces. Como todos saben, el mito es algo que se construye cuando muchos se sienten conmocionados al reconocer sus limitaciones ante el paso de lo conocido a lo desconocido, al analizar el sentido de la vida, el origen y el destino del ser y de la sociedad. El mito no es pues una oposición a la verdad. Es otra dimensión de ella.

 

javierHeraud metro Paris

 

     Con la libertad dramática otorgada por la ficción, en la película de Guillot se tejen dos líneas narrativas paralelas. La primera nos acerca a los últimos días de Javier dentro del grupo guerrillero en las selvas de Bolivia y Perú. La segunda línea nos muestra los días de juventud de Javier a finales de los años cincuenta. Y los otros espacios de un hombre de apenas 21 años de edad con una notable producción poética, por ejemplo; una obra en la que se puede rastrear las incomodidades del poeta dentro de su círculo familiar, dentro de la sociedad, dentro de la historia del país. Quedan algunos espacios de sombra. Es de suponer que esto es así por necesidades de la intriga o de la trama, o porque los mitos se nutren en los espacios de la fábula y en lo no comprobable. Lo que realmente importa en la narración del mito es su función social y lo que aporta a la cohesión local. Por eso y por mucho más es perdurable este film sobre el caso del poeta Javier Heraud Pérez muerto en Puerto Maldonado hace ya prácticamente sesenta años.

la pasion de javier

     La lectura de su obra escrita, a la luz de nuestros, días destaca su preocupación por la naturaleza, la imagen de un hombre en conflicto ya no solo con la familia sino con el sistema social, la de un poeta profundamente enraizado en la tradición de la palabra poética. Tal el caso de sus referencias a Antonio Machado, Pedro Salinas, Vallejo, Neruda, T.S. Eliot, Keats, Proust y otros. El Río, publicado en 1960, se compone de 5 poemas. El primero, denominado también El Río tiene nueve estancias. Se trata de un río metafórico. La metáfora sobre el río siempre ha sido una imagen muy propia de la literatura en general y de la poesía en particular. El movimiento del río permite un enfático sentimiento de fría ternura, de suave rechazo del amor requerido. Otras veces el río es un recuerdo, una sustancia almacenada en la memoria y permite visualizar el tránsito de la infancia a la vejez. Así es el río de Javier, acogedor para la gente e incluso para “los trémulos amantes” cuyos brazo se hunden en “la oscura claridad de mis aguas fantasmales”; un río que a veces no respeta “ni la vida ni la muerte”. El río en realidad es el Yo del hablante. En la estancia 6 lo dice claramente:

     “Yo soy el río que viaja dentro de los hombres,

            árbol fruta

            rosa piedra

            mesa corazón

            corazón y puerta

            retornados.”

     En el fondo estamos ante la metáfora de la vida. La evolución de la existencia entre árboles, montes y ciudades hasta llegar al mar donde “todo se disolverá en una llanura de agua”. Los otros componentes del libro rinden homenaje a Una Piedra, y si esta pudiera cantar -dice el yo hablante- “alma serías en mi frente oscura.” En Solo canta la necesidad de estar solos: “solo mi soledad y su silencio.” En Mi casa nos encontramos con 2 secciones que son dos imágenes de su cuarto. En la primera presenta su espacio singular como una manzana donde nos enteramos de las lecturas del joven Heraud: Vallejo con quien ríe. Y el Neruda que le permite ver la luz eterna. En la segunda nos presenta la ventana por donde penetra la luz del nuevo día. Y para cerrar, en Unas cosas, vuelven a aparecer mariposas y árboles en la tormenta. En suma, se abordan temas graves como la vida, el medio ambiente, la lucha contra la corriente, el espacio privado, la casa y la muerte, con un lenguaje sencillo y sin complicaciones. Tal vez en eso reside el éxito de un libro publicado por un joven de 18 años en la colección de poesía de mayor prestigio de entonces.

     Con El viaje (1961) Javier Heraud obtuvo el primer Premio en el concurso "El Poeta Joven del Perú", compartido con Poemas bajo tierra de César Calvo. Lleva un epígrafe general de T. S. Eliot. La primera parte titulada El viaje del descanso viene precedida por el un epígrafe de E. A. Westphalen y se compone de dos poemas: El deseo y El poema. En El deseo un ser busca descanso a orillas del mar para contemplar el río, la montaña y los manantiales, su vida y el deseo de mar. La otra sección, llamada El poema se compone de 10 segmentos. Sorprende el tono como de amargura y derrota. Y en ese ambiente sorprende también leer en el segmento 3: “no sé si he nacido / no sé si he leído / alguna vez un libro. / Habré tal vez hojeado / un verso de Salinas / que hoy quiero olvidar…” Subrayo este componente para resaltar la presencia del autor del libro La voz a ti debida en su intensidad amorosa. Pero el joven poeta Heraud aquí reniega de esa herencia. En el cierre del poema se lee: “y esperaré / a la muerte alegremente / con mi seco corazón.” Viene luego El recuento del año. “No pude sembrar el amor como quería” dice para luego sostener: “No estoy muerto”. La sección Las estaciones se compone de 5 momentos: Poema, Invierno, Primavera, Verano, Otoño. En el primero, el yo hablante observa la realidad y nos habla de sus anhelos: “Largo es el camino y oscuras / las sonrisas de los días. / (Las tumbas conservan sus / viejos temores, los hombres / sus viejos escritos / y los niños nacen / con nuevos / rencores en los labios). / Y allí donde el día se ofrece / (oscuro regocijo de hierbas caídas) / abro mis ojos a la luz del amor / y de tus labios. El momento denominado Primavera es una invocación “es la hora de la sangre y del amor…” En Verano, el ojo y la voz siguen atentos a la variaciones del tiempo: “Largo es el camino y oscuras / las sonrisas de los días…” En Otoño, “los ríos de la sangre… se fundirán como / una primavera…” A estas alturas del libro, tal vez lo más importantes en términos poéticos sea Mi casa muerta, un poema compuesto de 6 segmentos y de versos breves que consiguen reconstruir la casa en la que pasó su infancia y adolescencia frente al mar: “Mi corazón se quedó / con mi casa muerta … / yo he vívido entre / ruinas todo el tiempo, / y cambiar un poco / de árbol y de pasto, / una palmera antigua / con columpios, / una granada roja / disparada en la batalla, / una mora caída con un niño, / por un poco / de pintura / y de granizo, / es / cambiar / también algo / de alegría / y de tristeza…” Este poema solo es un anticipo frente a la gravedad de Yo no me río de la muerte y su capacidad predictiva: “Yo nunca me río / de la muerte. / Simplemente / sucede que / no tengo / miedo / de / morir / entre / pájaros y árboles…” La voz se ha vuelto grave. Y en ese cambio todo el conjunto se impregna de grandeza y desencanto. Sin embargo perdurará en el lector la voz que nos ha señalado el por qué de su de su actitud: “yo he vivido entre / carros y cemento, / yo he vivido siempre / entre camiones / y oficinas, / yo he vívido entre / ruinas todo el tiempo, / y cambiar un poco / de árbol y de pasto, … / es / cambiar / también algo / de alegría / y de tristeza, / es cambiar también / un poco de mi vida.”

     Con el título de Estación reunida, el poeta Heraud presentó a los juegos florales de San Marcos dos libros de poemas: “Las sombras y los días” (compuesto de dos partes: Alabanza de los días y Estación del desencanto) y “En espera del otoño”.

     -Los días y las sombras: Alabanza de los días o Destrucción y elogio de las sombras: es un reclamo a “rehacer todo”. Estación del desencanto o poemas contra el verano: se trata de un diálogo con la poesía de A. Machado. Aparecen también Keats y Proust.

     -En espera del otoño

     -Poemas a la tierra

     La obra en sí está ligada a los últimos meses de la vida de su autor y a dos viajes específicos. Estos datos son importantísimos en la cronología de Estación reunida porque cinco meses después de su regreso a Lima, el poeta partiría de nuevo -en marzo de 1962- a encontrar un destino que lo envolvería en la tragedia.

     En la edición de Javier Heraud, Poesías Completas y cartas (Ediciones PEISA, 1976) se incluyó Palabra de guerrillero, poema que yo había descubierto suelto, como un ser extraviado, en uno de los volantes que se distribuían en los años sesentas en los patios universitarios. Tan pronto como terminé de leerlo me dije que ahí convergían el mito del poeta guerrillero y el de la poesía como arma de combate. ¿A qué pasado aludía el poeta Heraud cuando sostenía haber cerrado el pasado “con gruesas lágrimas de acero.”? ¿Al suyo en singular? ¿Al de su grupo social? ¿Al de nuestra sociedad? ¿A la historia del país en general? La película de Eduardo Guillot cumple con proponer respuestas a todas y cada una de esas preguntas. Y así el mito adquiere otras luces. Por eso es de agradecer esta propuesta. Como todos saben los mitos son construcciones históricas. Existen diversas formas de expresar las creencias, los temores, los sufrimientos, las esperanzas y las pulsiones humanas. En ese terreno ha trabajado el cineasta, en el de la transformación de las vivencias y experiencias individuales en fenómenos colectivos. Y nos ha entregado esta película bien documentada y a la vez inspirada. No presenta al poeta como un activista político sino como alguien que “de casualidad” -en realidad por las relaciones químicas de la amistad- se ha visto envuelto en el torbellino político de los años 60. Era la época de los grandes anhelos de cambio, pero además, al ver la película de Guillot Maeve uno reconoce los rasgos de la sociedad peruana y también identifica los perseverantes prejuicios en los que esta sociedad se nutre. Sea ese su verdadero mérito. Atento al detalle, la película nos muestra la Lima bohemia de la época y a varias de las personas importantes en la vida del poeta, sus amistades, su primer amor Laura, su madre Victoria, así como algunos de sus colegas y mentores. La visión de las poblaciones amazónicas, su mestizaje, y el de la naturaleza en esa región fronteriza han sido observadas con ojos analíticos. El cineasta tiene la lucidez suficiente para esclarecer la personalidad del poeta y dejar sin argumentos a quienes sostuvieron que la ingenuidad y el idealismo del activismo político radical fue el elemento capital que acabó de manera prematura e innecesaria con la vida del poeta.

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