Durante la primera mitad del siglo XX, Nueva York ya era considerada un centro mundial para el comercio, la industria y las comunicaciones. En la década de 1920, Nueva York se convirtió en el área urbanizada más poblada del mundo, y para principios de los años 30 su población superó los 10 millones de personas, convirtiéndose en la primera "megaciudad" de la historia.