Yves Prié: Carnets de la isla & otros poemas

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Estamos ante una poesía en la que el paisaje es un intermediario para decir algo, una manera de estar en el mundo, y todo eso con una palabra impregnada de una musicalidad concisa y a la búsqueda de la visualización del hombre y su circunstancia. (...) Traducir poesía, ya se sabe, es crear otro poema en una lengua diferente. Y en pos de ese ideal aquí hemos unido sensibilidades tanto del autor del texto original, el ojo preciso del editor, y de este servidor.

Yves Prié: Carnets de la isla & otros poemas

Por: Jorge Najar (*)

 

 

 Carnets de la isla Yves Prié

 

Dentro del marco de la 1ra Feria del Libro y Tradición Oral se presentó el 26 de febrero la más reciente entrega del poeta francés Yves Prié. Nos referimos a CARNETS DE LA ISLA & OTROS POEMAS en una sobria edición bilingüe capitaneada por Pakarina Ediciones. Teleguiados desde Lima, los participantes fueron el poeta homenajeado, desde Le Houset cerca de la ciudad de Rennes, la poeta Sonia Luz Carrillo residente en Pueblo Libre, Lima y el traductor Jorge Najar, residente en Asnières, no lejos de París. El jefe de orquesta fue el director de la casa editora, Dante González.

 

Yves prie 270Prié nació en 1949, en Sainte Hélène, Bretagne, Francia. En diciembre de 1980 creó la editorial Folle Avoine cuya vocación esencial es la edición de poetas contemporáneos, libros de artista, ensayos sobre literatura y traducciones de poesía. Paralelamente él ha ejercido la docencia en la Escuela de Bellas Artes de Lorient y en la Universidad de Bretagne-Sur, donde su reflexión se ha centrado en el análisis de las prácticas y las problemáticas del libro en la sociedad contemporánea. En el año de 2007 recibió el premio Georges Perros por su poemario  Passages des amers (Rougerie, 2007)  y en el 2015 el Premio François Coppée de l’Académie française por Les veilles du scribe (Rougerie, 2014).

En la entrega limeña se incluye L’heure lente: “Vivimos un tiempo de resistencias subterráneas. Nos es necesario volver a aprender a vivir en las márgenes. André Schiffrin había previsto un destino de Samizdat para el libro. ¿Quién se acuerda ahora del significado de esa palabra.” Samizdat fue el sistema clandestino organizado en la URSS para difundir las obras prohibidas por la censura. El texto, de entonaciones políticas, abre las puertas a una reflexión poética sobre el destino del libro ya no solo en la desaparecida URSS. En otro momento del mismo texto podemos leer: “Cada vez más nos volvemos clandestinos en nuestras democracias entregadas a las leyes del comercio libre. ¡Qué tal perversión de la palabra! La tarea que nos espera, lejos de los eslóganes, de las consignas y seducciones, es la de volver, paso a paso, a saborear el gusto de negarse ...”

Tal vez por eso se dice que Yves Prié es un poeta raro. Raro en el desconcierto de nuestros días. Un desconcierto para ciertos lectores sometidos a los dictados de la publicidad. Y en medio de esta situaciónn, él recusa el sistema imperante para reclamar el derecho al placer que provoca la lectura al margen de las aceleraciones.

He ahí el tono de la poesía escrita por este resistente.

Hay que retener este nombre: Yves Prié. Hay que retener toda su obra poética publicada hasta ahora en la misma casa editora: Rougerie. En ella se puede rastrear sus preocupaciones sobre el “aquí” de cada quien el planeta: “No viviré aquí / no seré de ningún lugar”, sostiene. “En lo más hondo de la noche nos asalta la duda, la aspiración de grandes heredades”. 

 

 Carnets de la isla 2

 

Miembro de una generación que soñó con la llegada de la imaginación al poder y la ruptura de los entrabes sociales, desde la aparición de su primer poemario, su voz ha estado marcada por una reflexión en torno al espacio y la historia, no por un afán de atrincheramiento sino más bien como expresión de la existencia. Más que cualquier preocupación ideológica, su poética se centra en interrogantes tales como: ¿Quiénes somos? ¿Dónde vivimos? ¿Qué relaciones mantenemos con el entorno? Es como si nos dijera: Somos ciudadanos del paisaje, vivimos en un espacio en perpetuo movimiento y por allí levantamos morada. Cuestionamientos, en el fondo, sobre el destino del género humano y la naturaleza.

Todas las estaciones, el frió, el calor, la bruma, la nieve, el día a día, las evocaciones se concretan en imágenes precisas y afiladas que, por momentos, confrontan a la escritura con sus propios límites, obligando al poeta, como al artista moderno, a inventar nuevas formas para crear su propio paisaje: “Yo vivo en la noche y construyo / morada por debajo de una llamarada de estrellas / La belleza nacerá en el lugar que ahora inauguramos // Conquistas por venir / en el arco musical de los días // El paisaje medita esa esperanza / Olvidándonos de  la sábana de la noche / permaneceremos en vigilia hasta la aurora / -el estremecimiento de los árboles nos previene / que de nuevo la tierra se entrega a la luz”.

En sus múltiples facetas, la ambición de esta poesía se enfrenta con los misterios, la tragedia, la belleza y la perennidad de los minerales. “Denuncio un porvenir de piedras secas / Y abogo por el rechazo”, afirma en un poema como tallado en mármol. En suma, una poesía enraizada en lo más íntimo del planeta.

Las metáforas no son neutras pues en casi todas, el lector siente alusiones a las tiranías, a la falsedad de ciertas posturas políticas. Su libro Les veille du scribe se cerraba con el texto titulado Le temps vertical y en el que afirmaba: “Os dejo estas palabras / como una carcajada al tiempo / estas palabras / el reverso de las cosas / único recurso contra la noche”. En su canto Cercle premier, de 1979, sostiene: “Lo que está dentro de uno / no es una fatalidad / de raíces / de venas / subterráneas / más bien una red de necesidades comunes”.

 

Carnets de la isla Yves Jorge

Yves Prié (poeta)   

Jorge Najar (traductor)

Foto izq. Les Amis des éditions Folle Avoine   -  Foto der: D.R.

                                        

Estamos ante una poesía en la que el paisaje es un intermediario para decir algo, una manera de estar en el mundo, y todo eso con una palabra impregnada de una musicalidad concisa y a la búsqueda de la visualización del hombre y su circunstancia. En Le miroir incertain de 1986, se siente el ardor corrosivo del invierno: “Yo soy un vasallo del invierno / de su propia duración / Hace mucho que me vigila / en el perfil de los árboles // Yo soy el vasallo del invierno / por el campo de las avefrías / que espera mi saludo / mas su sueño inmóvil me confunde // Yo soy el vasallo del invierno / de las palabras que sus chimeneas confunden / de los caminos inquietos / de esta atenta soledad”. Esa entonación y sus preocupaciones en torno al hombre y la sociedad en la que construye su existencia se han ido labrando como con cincel en la dura piedra.

El lugar de la residencia en la tierra halla en esta poesía su expresión privilegiada. Así en Un jour sans importance, de 1990, todas las estaciones, el frió, el calor, la bruma, la nieve, el día a día, las evocaciones se concretan en imágenes precisas y afiladas que, por momentos, confrontan a la escritura con sus propios límites, obligando al poeta, como al artista moderno, a inventar nuevas formas para crear su propio paisaje: “Yo vivo en la noche y construyo / morada por debajo de una llamarada de estrellas”.

Saint Hélen ruinesUna poesía iluminada en la que cada palabra tiene su propio peso en el diseño de un sentimiento, de una intimidad. Una visión del mundo en movimiento perpetuo, lo que no es otra cosa que la realidad del mundo en su dimensión indivisible. En La nuit des pierres el lector oirá las entonaciones de la lluvia, de las heladas, de los pájaros y, al mismo tiempo, en la noche que avanza, el oratorio fúnebre de un hombre que asiste a los últimos días de otra existencia.

Las metáforas no son neutras. En diversas estancias el lector siente alusiones a las tiranías, a la falsedad de ciertas posturas políticas. “Denuncio un porvenir de piedras secas / Y abogo por el rechazo”, afirma en un poema como tallado en la misma materia en la que, en su época, Miguel Ángel dejó unos cuerpos emergiendo del mármol, y que, hoy, siguen provocando nuestro regocijo y asombro.

Toda esa fuerza expresiva se ha reconcentrado en Carnets de la isla para entregarnos visiones del mar en su tormentoso asedio a las rocas.

No estamos en una isla de soledades. Es el lugar donde trabaja el artista, ese microcosmos, ese punto rodeado de mar y escenario de su vida. Y allí, el protagonista viajero, es testigo de la recreación del universo: “En el incesante alboroto / de tierra y fuego / En la fractura de los acantilados / y el agudo registro de vivir / El artista ataca el papel con su furia / Inmortal lenguaje / de palabras y colores / dejar / que el día se pierda / en las incertidumbres / de la sombra”.


Carnets de la isla 1En la edición peruana de los Carnets de la Isla convergen seis momentos: El cruce de los arrecifes (Passage des amers), El taller del pintor (L'atelier du peintre), El deseo de una isla (Le désir d’une île), Rumores del tiempo - Melancolías (Rumeurs du temps - Mélancolies), La hora lenta (L’heure lente), y El canto de la levadura (Le Chant du levain). Seis momentos marcados por los sellos que hemos señalado en su poesía anterior y a los que vienen a sumarse la idea del mar y la pintura, el placer de la creación, el placer de ser testigo de la emergencia de nuevos mundos, el universo pictórico de las rocas y la explosión de la vida. El placer de descubrir belleza en el trabajo del panadero. En la fuerza de la levadura durante la fermentación que a veces es capaz de crear grietas de belleza volcánica.

Traducir poesía, ya se sabe, es crear otro poema en una lengua diferente. Y en pos de ese ideal aquí hemos unido sensibilidades tanto del autor del texto original, el ojo preciso del editor, y de este servidor. █

(*) Jorge Najar (Traductor)


 

Carnets de lile

 

 

He aqui unos momentos de El taller del pintor:

De la isla conservo en la memoria sus playas y la absorbente sombra del paisaje.

El silencio de la memoria abre el horizonte; y el artista, con sus gestos, restaura la ofrenda de los colores. El viento, en sus lápices, lava el horizonte. El verano libera de lluvias al acantilado. Aprendo en los meandros del dibujo.

La ola en su estuario ignora las dudas de las nacientes, los repliegues del río extraviados en la ensenada de una tierra tranquilizadora. Un niño se enfrenta con las brumas de un amanecer frío persiguiendo el hipotético destello de una concha. La línea replegada en el horizonte, llevará en sí la huella de la desaparecida esperanza.

Pero mar adentro perduran otros combates entre luces y sombras de las profundidades. Al silencio de las orillas lentas se opone el sordo rumor del rebote de las olas, el roncar de las aguas sobre el lomo de los arrecifes, la imantación de la tarde sobre el acero del mar.

*

El artista suspende su gesto, se interroga sobre lo que nace de su mano. ¿Será el rostro inquieto de esta separación?

  

En la arena mismaCarnets de la isla 2a

en busca de la pepita

que le otorgue brillo a su mirada

¿Ignora que un sol

de justicia

expulsa funestos presagios?

El mundo se ríe

de un amanecer improbable

A las trincheras tenebrosas del día

él opone la nobleza de la resistencia

de estaciones pacientes

 

 

 


Carnets de la isla Yves Jorge Sonia dante

"Teleguiados desde Lima, los participantes fueron el poeta homenajeado, Yves Prié, desde Le Houset cerca de la ciudad de Rennes, la poeta Sonia Luz Carrillo residente en Pueblo Libre, Lima y el traductor Jorge Najar, residente en Asnières, no lejos de París. El jefe de orquesta fue el director de la casa editora, Dante González".

 26 de febrero de 2021

 

 

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