“Su tío, efectivamente, lo llevaba, según afirma José Luis Ayala, a su casa “para asistir a la revisión de cintas cinematográficas que llegaban de La Paz, Buenos Aires y a veces de Lima». Más tarde se colaría la influencia de los poetas franceses, especialmente Mallarmé y Apollinare, que terminaron por configurar un estilo oquendiano y ayudaron a parir Cinco metros de poemas (1927)”.
Desmantelando el sistema del estrellato: 5 metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat
El sistema del estrellato no es únicamente un espacio para contemplar a las estrellas en su esplendor dramático; es, sobre todo, un producto de transacciones económicas con un objetivo claro: posicionar la hegemonía estadounidense en los países latinoamericanos dependientes. Cada astro o estrella tiene su correlato en signos de dólar, sus imágenes se consumen con avidez entre un público que se identifica con los modelos de comportamiento establecidos por los mismos. Entonces, la experiencia de lectura de 5 metros debería resultar en un acto crítico, en una toma de postura que sea capaz de deslindar lo engañoso de lo verdadero, que se posicione en contra de la fácil entrega a la superficial benevolencia de la tecnología para recuperar lo perdido, los vínculos con los afectos familiares o con la entrega desinteresada del regazo materno.
El poeta malabarista o la ruptura vanguardista como articulación visual
El poeta puneño recurre a los recursos visuales para crear un mosaico de imágenes de plasticidad ilimitada, un collage de materiales dispersos que intenta recoger de aquí y de allá, los retazos de la luna rota para reconstruir el objeto en el poema.
La escritura cinematográfica y el tiempo reificado en la poesía de Carlos Oquendo de Amat
En Cinco metros, la alteridad es un recurso imprescindible que suele marcar el contraste de la sociedad y, por tanto, de la estética de la poesía cinematográfica. La poesía se nutre de las paradojas de una sociedad desencantada, pero también se alimenta de la nostalgia y la esperanza humana.