La primera peculiaridad que salta a la vista es formal: se trata de un único pliego continuo que, a la manera de película fílmica, componen 5 metros de poemas sin cortes, como fotogramas. Pero esta peculiar decisión formal responde, primeramente, a toda una nueva concepción estética.
«5 metros de poemas» de Carlos Oquendo de Amat(*)
Por: Rita Giménez García
Articulo publicado por: lacajanocturna.wordpress.com/
En 1927 aparece publicado en Lima uno de los poemarios más interesantes y peculiares del siglo XX. A la postre, los poco más de veinte poemas incluidos en el libro compusieron la práctica totalidad de la obra de su autor, Carlos Oquendo de Amat. La primera peculiaridad que salta a la vista es formal: se trata de un único pliego continuo que, a la manera de película fílmica, componen 5 metros de poemas sin cortes, como fotogramas. Pero esta peculiar decisión formal responde, primeramente, a toda una nueva concepción estética. La editorial Paisana acaba de tener el acierto de volver a poner a disposición esta rareza en una cuidada y artesanal edición facsimilar que respeta la estructura del poemario tal y como la concibió Oquendo.
El cine no nació para contar historias. Acaso para mostrarlas, y quizá tampoco. Además resulta difícil creer ese lugar común que repite que la gente salió en estampida al ver venir un tren por la pantalla: demasiado ruido, demasiado presente la máquina, su mecanismo y ritual, como para que un encantamiento tal tuviera lugar. No se trataba entonces de la posibilidad de narrar cosas que antes no podían ser narradas, tampoco de “adaptar novelas”; más bien, el artefacto permitía el ensamblaje de un modo completamente inédito de imágenes (en sentido amplio), la composición de un punto de vista acaso vagamente pensable con anterioridad, pero imposible. Generaba, pues, nuevas imágenes y nuevas experiencias a partir de imágenes previas y ofrecía la posibilidad de un nuevo modo de representación. ¿Cómo se podían antes concebir imágenes tan apabullantemente dinámicas desplegadas en el tiempo?
Puede que no fuera muy distinto lo que pasara por la cabeza de Oquendo de Amat cuando decidió hacer de la experiencia fílmica, en su sentido también puramente material, el modelo para su libro. No era volver a la estructura del papiro, aunque bien hubiera podido valerle como modelo formal, era introducir en la poesía lo que el cine, su máquina, era capaz de provocar en las imágenes y en su lectura.
Cuando Oquendo tiene la intuición de que sus poemas podían funcionar a modo de fotogramas, que toman un sentido nuevo dentro de una cierta dinámica, un cierto ritmo y continuidad, no para narrar nada y aunque se vea la hilacha y precisamente mostrándola, estaba tomando una anómala y profundamente fructífera decisión estética y, a su vez, y quizá sin meditarlo, una resistencia al cine (y a [la] poesía, la literatura…) como herramienta más destacada de la más que ya incipiente industria cultural. Cuando Oquendo murió en 1936, en Madrid, con 30 años y cercano a la indigencia, encontraron en su maleta nada más que un poco de ropa y un ejemplar de El capital, libro que, como todo el mundo sabe, ya era y todavía es, fundamental para cualquier poeta.
(*) Paisana editorial, 2017 8€
FUENTE:
https://lacajanocturna.wordpress.com/2019/04/11/5-metros-de-poemas-de-carlos-oquendo-de-amat/